Cuando me convertí en mamá descubrí la importancia de tener acompañamiento efectivo y afectivo, por medio de mi familia, de otras mujeres viviendo por esa etapa similar a la mía. Ya que, a pesar de haber tenido la información necesaria durante mi embarazo y el nacimiento, nunca me sentí lista para tanto cambio en mi entorno y mi propia persona. Esta necesidad me conectó con la necesidad de otras mujeres, descubriendo que mientras más comprendidas y sostenidas somos, mejor podemos experimentar esta transición de ser mamás.
Me dedique a estudiar, a aprender de otros y cada día más sigo comprobando que el embarazo, el nacimiento y la lactancia fluyen mejor en un entorno confiable.